sábado, 4 de octubre de 2014

La Humanidad


El término humanidad, proviene de un vocablo latino relacionado con la naturaleza del género humano. También puede servir para mencionar al conjunto de seres humanos que habitan el planeta.



Dicho esto podemos decir que el concepto puede hacer referencia tanto a una actitud o a las características de un individuo que pertenece a esta especie; así como también reunir a todos los individuos que forman parte de la vida en el Planeta Tierra, en este último caso sirve para realizar estadísticas o plantear problemas de índole universal.
Cabe mencionar que se estima que hay más de 6.783.813.000 de habitantes en el planeta. Las estadísticas del siglo XX reflejan que, entre 1950-2000, la humanidad creció el 130%, más doble que en el periodo 1900-1950.

En lo referente a la actitud. La flaqueza propia del ser humano, la compasión frente a las desgracias del prójimo y la afabilidad son otras características que reciben el nombre de humanidad, al ser consideradas como propias del género humano: “Debería vender el coche y donar el dinero, es una cuestión de humanidad ante tanta pobreza”“Ojalá los políticos mostraran mayor humanidad así no roban el dinero público”.
De todas formas existen otras variantes significativas del concepto. Puede servir para referirse al cuerpo de una persona, a su anatomía: “La modelo decidió quitarse la ropa y exhibió toda su humanidad frente a los fotógrafos”“La pelota se desplazaba a casi 200 kilómetros por hora cuando golpeó en la humanidad del jugador, quien cayó tendido y comenzó a gritar por el dolor”.
También sirve para denominar aquellas disciplinas que carecen de rigor científico pero para las cuales existe una cierta estructura de estudio y manejo. De este modo, se conocen como humanidades aquéllas vinculadas a la cultura y el conocimiento humano. A diferencia de las ciencias sociales, las humanidades no pretenden crear postulados generales ni leyes universales. El arte y las letras forman parte de las humanidades.

La hambruna de la humanidad
Uno de los problemas principales de la humanidad es el hambre en el mundo. Debido al avance impertérrito de la pobreza y a la falta de recursos que hay en ciertos rincones del planeta, cada día mueren millones de personas víctimas de enfermedades, desnutrición y otros problemas.

Según lo indica la FAO en su última investigación, existen cerca de 840 millones de personas desnutridas, lo cual significaría un 14% de la población humana. Lamentablemente, se han planteado soluciones que podrían colaborar con una disminución de este índice, sin embargo no se han producido muchos avances. Pese a que en la solución a estos problemas resida la verdadera comprensión de nuestra especie en materia de ética y justicia social.
Entre las posibles soluciones al hambre del mundo, una absolutamente factible es virar nuestra alimentación hacia una vegetariana. Esto es imprescindible si se tiene en cuenta que para producir tan solo medio kilo de carne consumible se requieren 8 kilos de granos y que en la mayoría de los países se utiliza más del 70% de la producción agrícola para la industria de la carne y el 50% del agua.
El problema existente no es la falta de tierra, ya que con la que actualmente se utiliza se podría producir alimento para una población de 8 a 10 billones de personas, sino a la pésima distribución que se hace de la misma. Lo cual está íntimamente relacionado con los abusos de poder y la corrupción.
Según lo ha manifestado un reciente estudio de cara a este problema, el mundo debería crear cinco billones de veganos en las próximas décadas, o de otro modo, triplicar la cantidad de granjas factorías pero sin hacer uso de más tierras.



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